miércoles, 14 de septiembre de 2011

Parque de sabores; Mistura. Capítulo 1




Si tuviera que describir Mistura creo que Disneyland sería perfecto.


Nunca me había enfrentado a tanta felicidad comidística. Esa felicidad de poder decir mmmm se me antoja un … todo tipo de platos y tener la posibilidad de comerlos y no solo eso, si no que poder comerlos a precios módicos… aptos para todo bolsillo.

Mistura es el Disney de todo aquel que le guste comer y funciona de forma parecida. Para entrar a este gran parque de restaurantes ,diversiones, debes pagar un entrada general y para poder comer ,subirte a los juegos, tienes que comprar tickets equivalentes a soles, moneda del Perú. Fundada por Gastón Acurio, Walt Disney, Mistura logra entregar alegría, cultura y oportunidad al pueblo, incluyéndome. Es la semana en que todos pueden probar platos de los restoranes más caros de Perú o de lejanas ciudades del país, increíble, no?

Este parque esta dividido por zonas más o menos de la siguiente manera; un gran mercado, donde se encontraba todo tipo de frutas, papas, dulces criollos, queso entre otros miles de productos del país, una zona de restaurantes con “tenedores”, que iban desde pizzerías hasta el conocido Osaka, otra zona de cocinas regionales y huariques que iban desde un chupe de camarones hasta anticuchos de corazón, una zona dulce no apta para diabéticos, varios puestos de Pisco Sours, cevicherías, sangucherías, juguerías y todo lo que se nos pueda ocurrir.








Los platos valen entre 3 - 12 soles, no más, equivalente a $500 - $2.000 pesos chilenos, y su variedad iba desde Pato hasta papas rellenas, ambos probados con éxito. Se podía pedir porciones enteras o medias, lo que era ideal para poder pobrar más.

Si se pudiera replicar algo así en Chile, me encantaría estar en el proyecto. Me gustaría poder replicar el orgullo de origen y tradiciones que se sentía en el lugar, el compartir la felicidad, que se notaba al mirar las caras de la gente cuando se metían algo a la boca, la paciencia y el respeto de las colas, y esa transversalidad cómplice, que no importaba la nacionalidad ni la clase, todos comíamos en las mismas mesas, felices.

Y como dice Disney, Magics Happens, la magia ocurre.